A tí, que estás sufriendo a ratos y que mis brazos no llegan cuando quiero abrazarte...
8.000km no son nada cuando te quieres alejar del dolor pero son un mundo cuando quieres ofrecer un hombro...
Qué gran ayuda es la tecnología para poder hacerme sentir más cerca... con mensajes, con textos largos recibidos rápidamente, con el sonido de una voz amiga aunque distante, con sistemas que te permiten leer y contestar en directo.
Todo eso ayuda, pero no reduce el océano que me separa de tí cuando quiero cogerte la mano amiga, cuando quiero abrazarte y prometerte que todo va a estar bien. Quiero tenerte cerca para decirte que pase lo que pase voy a estar aquí, contigo... que nos quedan muchas cosas bonitas por vivir y que las cosas malas, cuando vienen, las enfrentamos juntas.
Esto es realmente lo único malo de alejarse para conocer otras culturas y aprender cosas nuevas.
Estar lejos cuando sientes que te necesitan es la renuncia más grande que siento que he hecho siempre que he vivido lejos de los míos.
Hace ya años, justo cuando me fui a vivir a Lyon, el dolor de un rincón de Madrid me llegaba a Francia con tanta fuerza que no conseguía estar en ninguno de los dos lugares. LLoraba sola de rabia por lo ocurrido, pero también lloraba por no poder estar cerca cada día, como antes, para aguantar juntas las recaídas que vinieran, y también para decir tonterías y recibir una sonrisa a cambio.
Los zarpazos al corazón de mis mejores amigas me duelen tanto que parece que me los dieran a mí. Si a eso le añado la impotencia de estar lejos y no poder volcarme todo lo que me gustaría, la frustración aparece en forma de tristeza.
Espero, desde lejos, transmitirte cada día mi preocupación, que sientas que estoy cerca en la distancia y que tengas claro que no hay océanos suficientes para alejarme de tí.
Ánimo y hasta muy pronto...
2 comentarios:
Gracias, por los mensajes diarios, por comprenderme, por ser la cabeza cuando solo sé usar el corazón, por animarme y por haber conseguido que esos 8.000km parezcan un milímetro.
En ese globo pinchado que late a contratiempo, hay un trocito firme que late al compás y ahí estás tú.
Además, que sepas que, si no vuelve, no te preocupes, que te vas a aburrir de consolarme.
Te quiero Palo, muchísimo!!!
Gracias bonita! muak
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