¿De verdad creemos que algo de lo que nos ocurre es nuevo?
¿A cuántos no les habrá ocurrido antes?
¿Cuántas personas no habrán sentido y experimentado lo mismo?
Me contaba mi tío hace un tiempo que un texto le resultó curioso. Un señor relataba los días previos a la boda de su hija: las riñas entre la familia, las preocupaciones, las incertidumbres sobre el futuro marido, la pesadez de la organización del evento... Al final, me preguntó mi tío: "¿cuándo crees que este señor escribió esto?". No sé, contesté, ¿hace unos años?. Me respondió: "En el siglo V antes de Cristo, en la Antigua Grecia".
Me gustó.
Afortunadamente algunas sociedades han mejorado y ya no hablamos de "dote", de venta de mujeres o de "dueños" (no todas las sociedades han avanzado en este punto), sin embargo, lo que me resulta interesante es la universalidad y la intemporalidad de los sentimientos y las relaciones humanas.
Reconozco que a veces pierdo las perspectiva y se me olvida que nada de lo que siento o padezco es nuevo. Y me recuerdo a mí misma: "no eres ni la primera ni la última en estar en esta situación, coge perspectiva". ¿Mal de muchos consuelo de tontos? quizás, pero lo cierto es que me hace poner los pies en la tierra y restarle importancia a los problemas.
Coger perspectiva y recordar la historia es lo que algunos europeos no están haciendo. ¿Qué está pasando en Suiza, Francia, Noruega, Finlandia? ¿Volverá la ultraderecha y el fanatismo al poder en Europa? ¿Ganaría Le Pen y, como consecuencia, germinaría otro mayo del 68?
Se nos olvida que las crisis no son algo del siglo XXI, que nunca se vivió tan bien en Europa y que la solución de los problemas importantes son políticos, no económicos.
Perdemos la perspectiva y no vemos (o no queremos ver) dónde están los problemas más graves.
Hoy, ahora mismo, hay once millones de personas enfrentándose a una severa emergencia nutricional. ONCE MILLONES DE PERSONAS.
Hoy, en este momento, hay más de dos millones de niños desnutridos que necesitan acciones vitales urgentes o morirán a causa de la sequía. DOS MILLONES DE NIÑOS.
Kenia, Somalia, Etiopía, Yibuti.
Se les ha juntado todo: un conflicto armado desolador, los precios impagables de los alimentos, los refugiados que se mueven buscando un lugar donde vivir, donde comer, y una naturaleza que les azota con la sequía.
Se me ocurre que quizás quieras poner un poco de perspectiva antes, después o durante tus vacaciones y hacer una donación a alguna de estas ONGs que están luchando contra la desnutrición infantil, suministrando vitamina A y desparasitando a los más pequeños, acercando alimento terapeútico a las familias, mejorando las instalaciones de agua, saneamiento e higiene, etc...
- ACCION CONTRA EL HAMBRE: 0049-0001-59-2810090000
- CRUZ ROJA: 0049-0001-53-2110022225
- FUNDACION ENTRECULTURAS: 0049-0496-82-2110200781
- INTERMON: 0049-1806-92-2012020321
- PLAN ESPAÑA: 0049-0001-56-2010025526
- SAVE THE CHILDREN: 0049-1837-58-2910344142
- UNICEF: 0049-1804-16-2610410756
Hoy he ido al trabajo tras tres semanas de descanso. Al terminar he vuelto a casa agotada, desolada, desmotivada. Todos tenemos derecho a quejarnos, a querer cambiar lo que tenemos alrededor.
Y pensé: "Kenia, Somalia, Etiopía o Yibuti están bien más jodidos que yo". No es que esté mejor en mi trabajo, es que cojo perspectiva.
Tengo la obligación moral de hacer algo, no?
Para tí, que estás en contra de las donaciones económicas, dime qué mejor hago por ellos hoy, ahora...
Mientras me respondes he hecho otra donación.
5 comentarios:
Hazme un traspaso...
Besos.
Jajajajajajajaja!!!!!
Me pregunto si, como dicen, la llegada del papa a un país es rentable ¿por qué no visita a tantos necesitados como representante de Dios en la tierra.
Por supuesto que esto no exculpa a nadie, pero indigna que quien más predica...
Y besos, que cuando algo me cabrea...
Muchos besos, preciosa y buena gente.
Querida Paloma, escreves muito bem, bem demais. Tua escrita vai convecendo a gente, passo a passo, até tua escrita entrar goela abaixo. O fato de crianças estarem à beira da morte comove a todos nós - exceto os petrificados de sempre. Agora, eu tenha cá minhas muitas reservas em realizar doações. Ainda que elas possam ser, e são, fáceis de fazer. Como voce mesma diz, certas situações não mudaram desde há muito tempo. A devastação pela fome, e pricipalmente a fome que esmaga as crianças, datam de séculos herodíacos. Sei que o acontecimento Aqui-e-Agora é sempre pugente, é um grito que pede arran car nossos corações, e nos inclina a ajuda. No entanto, tenho para mim - não sei se é para justificar minha consciência - que as organizações institucionais internacionais tem a obrigação material e moral de tratar dessa situação calamitosa. O duro mesmo, Paloma, é ver nessa situação, ão algo econômico, mas político. E nisso estou de totakl acordo contigo. Um beijão do Geraldo.
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