domingo, 31 de octubre de 2010

Cuando estoy lejos...


La película Martin H tiene un diálogo maravilloso. Lo cierto es que el guión de la película me parece una obra de arte, pero hay una escena en concreto, a la que me refiero ahora, en la que Martín padre habla con Martín hijo sobre el sentimiento de nostalgia que se siente al estar lejos de tu país. "No se echa de menos un país" dice. Afirma que lo que se echan de menos son las personas, el barrio, el entorno, cosas sencillas. Él lo ejemplificaba con los tejados de Buenos Aires...
Estoy de acuerdo. En este sentido no creo en fronteras.
La gente me pregunta por los independentistas catalanes o vascos, me preguntan por la relación con Portugal, por nuestro Estado de bienestar afectado por la crisis... Y me gusta poder contestar cada día con más calma... Pues todo eso está ahí... Me parece que España es un país increíble, pero también creo que España son muchos países, y no todos tan increíbles. No creo que se pueda ser menos nacionalista.
No echo de menos España como país... ni Galicia y su lluvia, ni el idioma catalán, ni las jotas aragonesas. Echo de menos abrazar a mis padres, echo de menos descansar en mi sofá, con Leo al lado y comentar lo bien que nos sentimos en casa, echo de menos sentarme en un banco de esa placita linda que tengo debajo y quedarme media hora observando a los señores mayores y su ritmo lento.
Hoy, leyendo el periódico en internet, eché de menos ver "Versión española" porque Almodóvar y Banderas estarían hablando sobre la época de "Mujeres al borde". Comentarían anécdotas sobre el rodaje de "La piel que habito".
Me encanta estar viviendo Brasil, sus contradicciones y sus costumbres, sus gentes maravillosas y sus paísajes.
Pero yo, como Martín echaba de menos observar los tejados de Buenos Aires, yo... echo de menos pasear por las calles de Madrid.


Foto: Leo Müller

lunes, 25 de octubre de 2010

Comenzar...


Siempre me ha gustado leer y escribir. Cartas con o sin destinatario, cuadernos con ideas, poemas, vivencias, diarios con detalles, agendas con listas de cosas que quiero hacer... Tengo numerosos soportes llenos de palabras, pero nunca, o casi nunca, los compartí.

Hace dos años creé este blog.
Desde entonces no había escrito en él.
No se si porque sentía que mis palabras no interesarían, porque no me sentía valiente para hacerlo o porque no me sentía generosa como para ofrecerlas "en abierto".

Hoy me escribe un ángel que vive en Sevilla y me dice: "He descubierto este blog. Creo que es tuyo. Explícame por qué está vacío..." Y no he sabido qué contestar.
Gracias por el empujón. Mi primera entrada te la debo a tí.

A partir de hoy espero compartir más aquellas cosas que me resulten interesantes... para dejar más libres mis palabras, y para que no se las lleve el viento...